Rojo y negro está ambientado en las cercanías de 1830 en Francia. Para encuadrar el libro debemos saber que la Revolución Francesa de 1789 supuso la desaparición del Antiguo Régimen (monarquía absolutista) y, con el tiempo, el comienzo del Imperio Napoleónico. Ya a principios del siglo XIX, en 1815 y tras las derrotas de las tropas napoleónicas en la celebérrima Waterloo comenzó una época de restauración monárquica donde el poder, esta vez, recaería principalmente en la burguesía. En este ambiente, las "guerras frías" entre liberales y monárquicos serán continuas. Dentro de este mundo, Julien, hijo de un carpintero de provincias consigue, gracias a su talento, un puesto como profesor de teología de los hijos de una noble familia de Verrières donde da rienda suelta a su ambición y comienza, por un lado, su ascenso y, por otro, su maduración personal ya que Rojo y negro, además de una novela realista también es un acertado tratado psicológico de su personaje principal. El libro puede ser dividido en dos partes: Verrières y París. En ambos lugares, Julien se encuentra con personajes que Stendhal define con precisión: deja a un lado los estereotipos y analiza en profundidad los pensamientos, los sentimientos y las ideas de cada uno de ellos para ofrecernos a los lectores un gran retrato social y, a la vez, finos retratos individuales. Aún así, la maduración y el aprendizaje de Julien eclipsa a la mayoría de personajes tanto dentro (Julien es un sujeto carismático) como fuera (el lector se acaba centrando en el análisis de este personaje dejando a un lado a otros también muy interesantes) de la novela. Es difícil encontrar defectos a una obra maestra como Rojo y negro pero, si se ha de buscar alguno en ciertos momentos el libro carece de ritmo narrativo ya que hay situaciones que llegan a repetirse hasta la extenuación. Aún así, la calidad literaria de Stendhal hace que estos capítulos pasen rápidos y que, incluso, en algunos de ellos nos transmitan lo perdido que se siente Julien en el mundo que se está abriendo a su paso y las dificultades que tiene (más intrapsíquicas que interpersonales) para adaptarse a él. Vamos, que lo escrito como defecto también podría ensalzarse como virtud. Por último, las influencias de Rojo y negro en la literatura universal son enormes. Por citar sólo un par de ejemplos, Tolstoi y Dostoievski. Así pues, Rojo y negro es una de esas novelas imprescindibles que, alguna vez, hay que leer.
Valoración: 9'5/10
2 comentarios:
Este tipo es el del síndrome de Stendhal ¿no?
Sí, exacto. Según se dice Stendhal en una galería de arte que no recuerdo, vio una obra (creo recordar que no era muy conocida) que le impactó tanto que entró en éxtasis... (tiene explicación fisiológica, es similar a una visión religiosa o a una alucinación por neurotoxicidad - drogas, vamos)
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