domingo, 4 de octubre de 2009

El deseo irrealizable

"En los próximos cincuenta años será imposible rodar un film de Vampiros que escape a "mi Nosferatu"".

Werner Herzog




No se equivocó. Nosferatu, Fantasma de la noche (Nosferatu, Phantom der Nacht), de Werner Herzog es una película estrenada en 1979 y un remake de la original Nosferatu, Sinfonía del horror (Nosferatu, Simphonie des Grauens) de 1922, de F.W. Murnau. Esta película ha marcado los tiempos de las últimas producciones (serias) de vampiros, si bien es cierto que es desconocida para el público en general; al menos en proporción a su original, de Murnau, mucho más célebre y un icono del cine de terror. Esto se debe, lógicamente, a que los tiempos cambian y el alcance de las producciones es muy distinto. El tamaño de la Nosferatu del 22 se asemejaría en el 79 a una superproducción; no obstante la de Herzog fue una película de autor, con un presupuesto amplio, muchas estrellas y muy singular dentro de su contexto, la Neue Welle alemana, pero a la postre, de autor. Y aunque fue ganadora de muchos premios como la Berlinalle, su alcance no es comparable, ni por el momento (un Hollywood en plena ebullición de superproducciones) ni por el planteamiento.

Y el planteamiento es lo que precisamente encandila de esta película. El vampiro carece del glamour de los Bela Lugosi o Christopher Lee y se convierte en un ser arrugado, tembloroso, solitario y quejumbroso, a la vez que inmortal e inexplicablemente atrayente. El Conde Drácula interpretado por Klaus Kinski (otro día comentaremos la relación Herzog-Kinski) es probablemente la representación más certera de la profunda y oscura alma romántica y es el vaso del que han bebido interpretaciones posteriores de vampiros y demás fantasmas. Y parece que el tempo que marca el vampiro se traslada al resto del relato. El film es envolvente, onírico y extremadamente oscuro, con secuencias inolvidables como el viaje de Harker (Bruno Ganz, El Hundimiento) a los Cárpatos, al ritmo de la obertura de El Oro del Rhin de Wagner, o los entierros por la llegada de la Peste a Wismar, con Lucy (Isabelle Adjani, La reina Margot) intentando convencer a todos de que conoce la raíz del mal. La fotografía de la película es soberbia, de lo más llamativo quizás. Lo es especialmente por el tratamiento de los blancos, fríos y brillantes, tal y como la luz del norte; y de los negros, opacos como pocos he visto. El trabajo de dirección de fotografía es clave para transmitir todas estas ideas y el uso que se hace del color y de la técnica fotográfica en esta película rozan la excelencia. El texto es, además, bastante breve, así que toda la fuerza recae en la imagen y en las acciones.

La primera vez que vi esta película yo tenía unos 10 años. Mi padre me sentó una noche ante la tele, metió la cinta VHS en el vídeo y me dijo que iba a ver una película sobre Drácula. Yo no me asusté porque ya leía Las aventuras del Pequeño Vampiro, y los vampiros no me daban miedo. No recuerdo mi reacción cuando la peli acabó, pero sí recuerdo obligar a todos mis amigos, cada vez que venían a casa, a verla. Me tenía absolutamente obsesionado. Recuerdo ver el final (distinto e importantísimo para entender en qué se diferencia esta de las otras películas del género) una y otra vez. También repetía mucho otras secuencias, como las citadas anteriormente. A partir de ese visionado comencé a sentir mucha curiosidad por el norte de Europa y, particularmente, por Alemania. En viajes posteriores fui descubriendo que Herzog, con este trabajo, se acercó como pocos a la deutsche seele, al alma alemana. A mi parecer Nosferatu condensa en sus imágenes muchas de las aspiraciones y decepciones de un país que vivió su máximo esplendor artístico en los siglos XVIII y XIX, en pleno Romanticismo. Así pues, considero a esta película como una de las obras cumbres de este período, (a pesar de concebirse un siglo después) a la altura de los lienzos de Friedrich, los textos de Schiller, las obras de Wagner o los edificios de Schinkel. Todas ellas en busca de la magnitud de la Naturaleza, del Mundo y de la magia; en busca del pasado más remoto, de la poesía, de lo insondable. Cuestiones que definen un pueblo en su raíz más primaria.


Nosferatu, Fantasma de la Noche, es una película relativamente difícil de encontrar. Hay pocas ediciones en DVD (existe una buena edición de Manga Films) que estén dobladas o subtituladas en castellano, sin embargo se pueden pedir sin ningún problema en alguna tienda o gran almacén. También existe un pack de películas de Werner Herzog y Klaus Kinski en el que está incluida la película.

5 comentarios:

J dijo...

Después de esta descripción estoy deseando verla!!

Marco Bolognese dijo...

Pues nada, te traigo el dvd cuando quieras, en alemán o en castellano!!

Anónimo dijo...

Pues llamarme a mi también para verla XD

Fdo:
Sr. Peña

Marco Bolognese dijo...

Me alegro que leas el blog Sr. Peña, stop. Vamos a ver la peli, Sr. Peña, stop.

J dijo...

Pues traetelo para el 9 d'octubre...

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